Cómo ser más ecológicos en casa con pequeños cambios de hábitos.
1. Ahorra energía:
Desenchufa tus aparatos electrónicos que no utilices de las corrientes. Un cargador en stand-by consume un 6,6% de electricidad.
Utiliza bombillas de bajo consumo, que además de ahorrarte dinero duran 10 veces más que las normales o por una inversión inicial mayor utiliza bombillas LED que aún consumen menos y duran hasta 700.000 horas y en su composición no se encuentra ningún elemento tóxico.
2. Ahorra agua:
Si tienes un fregaplatos en casa utilízalo un par de veces por semana, consumirá menos agua que fregar todos los días a mano. Si no cuentas con uno, puedes poner el tapón en el fregadero y llenarlo de agua para aclarar los platos. Así el grifo no estará continuamente corriendo agua y te ahorrarás litros y litros de agua.
Los filtros de osmosis gastan 10 litros de agua para conseguir tan sólo 1 litro para beber. Supone un 10% del consumo total de agua en una vivienda. Una alternativa para estos grifos son los filtros de carbono o nanofiltros ya que no desechan agua y no elimina sales beneficiosas. Por otro lado, y al contrario de lo que nos hacen creer, el agua del grifo es sometida a exhaustivos controles de calidad y sus parámetros químicos están muy por debajo de los límites máximos permitidos. Los aparatos de osmosis solo sirven para que el agua sepa mejor, pero no supone ninguna mejora para la salud.
3. Reciclaje:
La clasificación y eliminación de los residuos según su composición ayudará a darle una segunda vida a muchos materiales. Afortunadamente, la mayoría de personas tienen a mano contenedores organizadores de residuos. Es tan fácil como separar por:
Contenedor amarillo: Envases de plástico y metal
Contenedor verde: Botellas y envases de vidrio
Contenedor azul: Papeles y cartones
Contenedor marrón: Residuos orgánicos (restos de frutas, verduras y carnes).
Contenedor naranja: Según cada población puede ser para ropa y complementos o para aceite.
Contenedor gris: Este es el contenedor para todo tipo de residuos como pañuelos usados, juguetes, biberones, chupetes, utensilios de cocina, pañales, objetos cerámicos, arena para mascotas, pelo, polvo, colillas, etc. y que no se puedan usar para hacer compost.
4. Consumo:
Antes de comprar compulsivamente piensa en si realmente necesitas lo que vas a comprar o existen alternativas en casa u otros modos de conseguir el objetivo que buscas con la compra.
Compra en la medida de lo posible en tiendas físicas. Las compras por correo no solo son beneficiosas únicamente para las grandes corporaciones sino que producen una gran cantidad de residuos, contaminación y deforestación con su producción y transporte.
Si tienes una cafetera de cápsulas sustituyelas por otras recargables y de varios usos ya que las de un único uso son muy contaminantes y no se reciclan. Si no te gusta la idea de tener que recargarlas siempre puedes sustituir tu cafetera por orta expresso o tradicional, con las que te ahorrarás dinero, con cada uso obtendrás no solo un café sino varios y te ahorrarás trabajo, el café definitivamente sabrá mejor y será más natural.
5. Supermercados:
Las cadenas de supermercados a las que todos estamos acostumbrados están “comenzando” a reducir los envases de plástico y cartón de sus productos pero todavía podemos encontrar artículos cubiertos, por ejemplo, con dos envases distintos, como algunos yogures y frutas.
Procura comprar frutas y verduras en tiendas de proximidad ya que favorecerá a la supervivencia de pequeños y medianos comercios, tendrás productos de mejor calidad y generarás menor impacto ambiental al ser productos que no han sido transportados.
Los productos de aseo son de los mayores productores de residuos en casa, desde los envases de jabones, aerosoles, productos de higiene femenina, toallitas, discos desmaquillantes, etc. Es muy difícil eliminar por completo los plásticos de casa, pero podemos consumir productos con envases que se puedan reciclar o de uso continuado, como puede ser sustituir el papel por tela, los envases por pastillas tanto de jabón, como suavizantes, exfoliantes, papel higiénico reciclable, copa menstrual, etc.
6. Moda y complementos:
Es de conocimiento general que las grandes firmas de ropa contaminan a unos niveles alarmantes: sobre un 20% del agua del planeta está contaminada por culpa de la producción de ropa. Las producciones de las telas generan, además, grandes emisiones de CO2. Si reducimos nuestro consumo de ropa y muebles o lo hacemos dentro de un modelo de economía circular, es decir, compartir, reutilizar, alquilar, reparar, renovar y reciclar productos y materiales ya existentes, podremos alcanzar un equilibrio muy necesario en la actualidad.
Actualmente tan solo un 12% de los productos que se producen tienen un segundo uso, es un camino a la autodestrucción que no permitirá a nuestros hijos disfrutar de unas condiciones de vida de las que nosotros damos por sentados. El mirar para otro lado es otra forma de ser parte del problema.
Existen muchas formas de ayudar al medio ambiente con pequeños gestos que además de reducir nuestra huella ecológica, nos ahorrarán trabajo y algunos euros por el camino.
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